(Caracas, 07 de febrero. Noticias24).- El día que al reconocido tenista Rafa Nadal le robaron un “tourbillon”, valorado en 500.000 euros, la marca de relojes Richard Mille le dio la vuelta al mundo.
Pero, ¿Quién es Richard Mille? Y, ¿cómo logra vender relojes deportivos a precios de hasta 1,5 millones de euros?…
En efecto, Richard Mille (Draguignan, Francia, 1951) es una persona sumamente exigente, amante de la arquitectura y del diseño, y profundamente preocupada por la perfección de los procesos y del producto final. El único elemento que escapa a su control es el coste de sus relojes, “no importa mientras el resultado sea perfecto”, dice el relojero, que tiene una visión muy particular de la palabra lujo.
“El lujo para las masas es una de las estupideces más grandes que he escuchado jamás en la industria relojera”, asegura. Define “lujo” como la “posibilidad de hacer lo que uno quiera”. Mille abandonó la presidencia de la división de relojes de Mauboussin en 1994 y trabajó un tiempo como consultor independiente para Audemars Piguet y Repossi.
“Siempre quise hacer algo por mi cuenta”, dice, y en 1999 empezó a desarrollar su propia marca, siempre inspirado en la perfección, que, a su juicio, pasa por el control exhaustivo de todo el proceso, de forma que nunca se encontrará una pieza estándar en uno de sus relojes.
Aunque fabrica en Suiza, vive con su familia (tiene siete hijos) en un castillo de la Bretaña francesa que integra en su jardín unas pequeñas oficinas, con el objetivo de conciliar vida laboral y familiar. La localidad de Moubouan, ubicada cerca de Rennes, no tiene las comunicaciones de una gran ciudad como París, donde vivió durante 25 años, pero como buen anfitrión que se lo puede permitir, Mille no duda en enviarte un avión privado cuando te invita a su casa.
Como millonario, sus aficiones pecan de excéntricas:colecciona automóviles clásicos y coches de Fórmula Uno, donde ha llegado incluso a competir, aunque él no considera que sea una colección:”Sólo tengo quince o veinte coches, sólo los que realmente quiero”. Es un apasionado de los barcos de vela, los yates de lujo y toda competición en alta mar. Tampoco colecciona relojes, dice:”Tengo muy pocos, apenas veinte, no soy un coleccionista compulsivo, me gusta tener lo que me apetece soñar”.
Los diseños de mis relojes responden a mis gustos:”Sólo fabrico modelos que a mí me gustaría llevar y nunca he querido controlar los costes”, indica. “Cuando empecé a dibujar los primeros modelos, mis amigos me decían que no tenía ningún sentido, que sería el colapso”.
Nunca fabrica más de 200 unidades de cada modelo, que vende a precios de entre 120.000 euros y 1,5 millones de euros. “Afortunadamente cada día hay más gente que entiende que la perfección tiene un coste y que entiende mis relojes. Mis clientes no necesitan reconocimiento social ni llamar la atención. Mis relojes son lo contrario a un reloj ostentoso o llamativo”.
Mille emplea a cien personas y factura cien millones de euros al año. Prefiere no revelar el resultado:”Digamos que las cuentas arrojan un beneficio interesante”.
Rafa Nadal
El reloj de pulsera que le robaron al tenista en una habitación de hotel, el RM 027, es el tourbillon más ligero del mundo (18 gramos incluyendo la correa). “Cuando lo perdió, lo primero que hizo fue mandarme un sms: estaba desesperado y su padre también”, explica. “Le dije que lo importante era que había ganado el Roland Garros”, ríe Mille. Y añade:”Le quiero muchísimo, tiene una dimensión humana envidiable”.
Mille tiene dos sueños todavía por cumplir: Crear el coche más emocionante que jamás se haya imaginado y vivir en España, “en algún lugar como Jaén”.
Tomada de Expansion
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